Somos lo que comemos

Por Delfina de Achával

| 06/04/2021 |

Hablemos sobre NUTRICIÓN CONSCIENTE, una de las fuentes de bienestar de mi taller “Estar-Bien es una Ciencia”. Hoy invité a una experta en alimentación: @sofi.labougle, Health Coach, a participar de este post.

Su cuenta me acompaña a vivir una vida más saludable y lo que más me gusta es que todo lo que propone es super fácil, práctico y con información sólida.

Desde la neurociencia sabemos que, para funcionar bien, nuestro cerebro necesita MUCHA ENERGÍA. Sofi nos cuenta de dónde la sacamos: “Funcionamos a base de glucosa, azúcar en sangre. La necesitamos para mantener nuestro cerebro sano, hígado, corazón y músculos. Tenemos que darle azúcar de la buena. La manera en la que nos alimentamos debe darnos energía, no quitárnosla”. Necesitamos evitar procesados y alimentos industriales. Elegir siempre comida real, de calidad y buena procedencia.

Un estudio del MIT demostró que muchos alimentos podrían cumplir una importante función en la regulación de neurotransmisores, aquellas sustancias químicas encargadas de la transmisión de información a lo largo del sistema nervioso, que provocan cambios en la actividad cerebral y nuestro comportamiento. Sofi explica: “La composición de cada alimento tiene un efecto directo en la producción de las señales químicas del cerebro. Existen alimentos que aumentan la serotonina y la dopamina”.

Estos dos neurotransmisores nos dan energía mental, atención, control de impulsos, motivación, equilibrio emocional, potencian la calidad de nuestro descanso y aportan una dosis de energía y bienestar.

Los niveles de serotonina y dopamina fluctúan en nuestro organismo por diversas razones: depresión, estrés, alimentación basada en alimentos procesados, alta en azúcar y grasas saturadas.

La clave no sólo está en QUÉ comemos, sino también en CÓMO comemos. La alimentación consciente o “mindful eating” hace foco en la relación de nuestras emociones con el alimento. Ya pronto les contaré más de esto!

Después de muchos años de estudiar la mente humana integrando la ciencia occidental con la filosofía oriental, sentí una profunda necesidad de compartir mi mirada del mundo y reivindicar el poder de lo simple, chiquito y cotidiano para nuestro bienestar.

Quiero invitarlos a recorrer este espacio juntos, y así incorporar recursos y herramientas hacia una vida más alegre, liviana, y amable, en dónde honremos el vínculo con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

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