Apnea de Pantalla

Por Delfina de Achával

| 05/10/2023 |

¿Cuánto cambia tu respiración al leer tus mails? Parece una pregunta rara, pero quisiera que la próxima vez que abras tu casilla te detengas a observar cómo se altera tu patrón de respiración. Hay altas posibilidades de que estés dentro del 80% de las personas que sufre “apnea de pantalla”.

Leí sobre esto en un artículo del @nytimes y quedé impresionada. Aunque cada vez hay más interés en cuestiones de bienestar y somos más los que nos hacemos un espacio diario para meditar, hacer yoga y otras prácticas conscientes, parece que alcanza con abrir los mails para perder en un segundo la paz por la que tanto trabajamos.

La apnea de pantalla es una respuesta al estrés: cuando nos enfrentamos a un estímulo, nuestro sistema nervioso busca señales para descifrar si se trata de una amenaza. Esa atención requiere un esfuerzo mental que desencadena una serie de cambios psicológicos, incluyendo una respiración más superficial y una desaceleración del ritmo cardíaco. Esto busca calmar a nuestro cuerpo y desviar los recursos para ayudarnos a hacer foco.

Es lo que hace un animal antes de cazar a su presa e, increíblemente, ¡lo que nos pasa cuando abrimos un mail! Nos paralizamos, leemos y decidimos qué hacer. Y aunque a esta altura de la vida moderna parece la más rutinaria de las actividades, esa reacción no es gratuita.

Cuanto más inesperado es un estímulo (como puede serlo un mensaje cuando estamos concentrados en escribir un informe, por ejemplo), más probable es que nuestro cuerpo lo perciba como una amenaza. Y aunque estos reflejos son naturales, lo que no es natural es estar alerta todo el tiempo, porque lleva al sistema nervioso a un estado de amenaza crónico. Horas de respirar mal pueden hacernos sentir exhaustos al final del día, incluso aunque el trabajo no haya sido especialmente estresante.

Y un punto más: estar sentados durante todo el día delante de una pantalla aumenta las chances de sufrir estas apneas. Según los expertos, una respiración interrumpida es el resultado de lo que hacemos, pero también de lo que no. ¿Y vos? ¿Te tomaste algún recreo para descansar mente y cuerpo hoy?

Después de muchos años de estudiar la mente humana integrando la ciencia occidental con la filosofía oriental, sentí una profunda necesidad de compartir mi mirada del mundo y reivindicar el poder de lo simple, chiquito y cotidiano para nuestro bienestar.

Quiero invitarlos a recorrer este espacio juntos, y así incorporar recursos y herramientas hacia una vida más alegre, liviana, y amable, en dónde honremos el vínculo con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

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