El rol de las emociones en nuestras decisiones

Por Delfina de Achával

| 20/09/2021 |

Hoy les presento a mi tercer mosquetero de las emociones: Antonio Damasio, uno de los grandes investigadores actuales de las emociones y la consciencia, Doctor en Psiquiatría y Neurología.

Su mujer, Hana, también es investigadora en Neurociencia, y juntos se sumergieron en el mundo de la MENTE y su relación con el CUERPO. Damasio considera que el cuerpo no es una máquina al servicio del cerebro, y que nuestras emociones muchas veces nos ayudan a tomar buenas decisiones, aunque no se toman de manera enteramente consciente. 

De allí surge uno de sus trabajos centrales: la “hipótesis del MARCADOR SOMÁTICO”. Para Damasio, la emoción se inscribe en nuestro cuerpo a través de diferentes intercambios electroquímicos o señales fisiológicas a las que denominó “marcadores somáticos”. Por ejemplo, si tengo miedo, se me acelera el corazón, se me contraen músculos faciales y comienzo a transpirar. Estos marcadores también pueden ser señales no tan fisiológicas, como una especie de “intuición” que nos guía a nuestras decisiones. 

En síntesis, el principal descubrimiento de Damasio es que las decisiones no surgen enteramente de la razón, ni tampoco son absolutamente emocionales, sino que surgen de una sutil interacción entre emoción y razón, e involucran factores como los sentimientos y la intuición, y desde allí aparece lo que podemos llamar “consciencia”. 

Cuando tenemos que tomar una decisión ligada a nuestra “supervivencia”, el sistema emocional actúa de forma inmediata, automática e inconsciente. Pero cuando son decisiones más complejas, apelamos a nuestra razón. Y nunca dejamos de estar “coloreados” por nuestras emociones porque nuestras decisiones tienen consecuencias “buenas” o “malas”, y nuestra evaluación de lo bueno o malo está impregnado de emociones. 

¿Pueden identificar sus “marcadores somáticos” del miedo? ¿O de la ira? En mi experiencia, Mindfulness nos ayuda a hacerlo.

Después de muchos años de estudiar la mente humana integrando la ciencia occidental con la filosofía oriental, sentí una profunda necesidad de compartir mi mirada del mundo y reivindicar el poder de lo simple, chiquito y cotidiano para nuestro bienestar.

Quiero invitarlos a recorrer este espacio juntos, y así incorporar recursos y herramientas hacia una vida más alegre, liviana, y amable, en dónde honremos el vínculo con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

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