La empatía en la pareja – parte 2

Por Delfina de Achával

| 16/03/2021 |

¿Ustedes sabían que muchas veces se dan desencuentros entre hombres y mujeres en las relaciones por los dos sistemas de empatía que cada uno utiliza de manera diferente: la empatía cognitiva y la empatía emocional?

Los hombres usan más su empatía cognitiva, que tiene que ver con la capacidad de entender “racionalmente” lo que está sintiendo la otra persona, pero sin “sentir” lo que él/ella siente. Utilizan mucho más la habilidad analítica y cognitiva, que la emocional. Como dice Estanislao Bachrach: entienden, pero no quedan “infectados” en la emoción del otro. Tiene que ver con que los varones están mucho más enfocados en buscar soluciones que en “empatizar”.

Las mujeres utilizamos más nuestro sistema de empatía emocional. Tenemos mayor capacidad para acceder intuitivamente a aquello que los otros piensan, sienten o cómo actúan. Además, nos sentimos más cómodas acompañando en tiempos difíciles, sin necesidad de resolver.

Somos diferentes hombres y mujeres, y creo que el nivel de bienestar en nuestra pareja es directamente proporcional al nivel de aceptación que tengamos de esto, desde la tolerancia y el respeto por lo que el otro hace o siente, y aprendiendo a hacernos cargo también de nuestra parte. Esto incluye aprender a pedir lo que necesitamos, qué acciones o palabras de parte del otro nos hacen sentir contenidos, y no esperar a que el otro descifre o adivine por sí mismo lo que nos pasa. Muchas veces no es que no nos están ayudando o acompañando porque “no nos aman”, o “no les importa”, sino que tienen otra manera, o no lo ven como lo estamos viendo nosotros/as.

Más allá de lo hormonal que nos determina, hay un GRAN componente cultural y social en el que sí podemos hacer mucho por una sociedad con más EDUCACIÓN EMOCIONAL y mayor empatía. Así que sumemos nuestro granito de arena por un mundo con mayor consciencia, respeto por lo diferente, y sobre todo más empático. 

Después de muchos años de estudiar la mente humana integrando la ciencia occidental con la filosofía oriental, sentí una profunda necesidad de compartir mi mirada del mundo y reivindicar el poder de lo simple, chiquito y cotidiano para nuestro bienestar.

Quiero invitarlos a recorrer este espacio juntos, y así incorporar recursos y herramientas hacia una vida más alegre, liviana, y amable, en dónde honremos el vínculo con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

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