El arte de hacer malabares

Por Delfina de Achával

| 14/01/2024 |

A veces siento como si estuviera haciendo malabares todo el tiempo, haciendo equilibrio en la agenda para que nada quede afuera: la casa, los hijos, el trabajo, los amigos, la familia. En cada área de la vida pareciera haber algo que atajar. Y somos ese malabarista de circo que va lanzando las pelotas cada vez más alto para tener más tiempo para atrapar la que sigue. ¿Les pasa?

Hace unos días escuché en el podcast de @ezraklein una entrevista a la psiquiatra @poojalakshmin , autora del best seller “Real Self-Care”, en el que busca quitar de escena la versión más frívola del bienestar para enfocarse en las reales bases del autocuidado. Y en ese plan, compartió una metáfora muy visual que me encantó.

Explicó que en tiempos en los que nos sentimos esos malabaristas con todas las pelotas en el aire, la clave es aprender a diferenciar cuáles son de goma y cuáles son de vidrio. Es decir, cuáles podemos dejar caer y no va a pasar nada, y cuáles podrían romperse. Porque si todo es igual de importante, nada lo es.

Hace unos meses, mientras venía con bastante “entre manos”, podríamos decir que se me cayó una pelota de vidrio y sonó fuerte. Tema de salud. Es por esto que, después de mucho discernimiento, decidí tomarme a partir de mañana una semana de vacaciones en familia y con amigos, fuera de todo contacto con mis malabares diarios 😀

¡Recuerden! Tal vez no se trata de hacerlo con menos pelotas o de entrenarnos para ser más “hábiles”, sino la clave está en saber diferenciar las pelotas de vidrio a las de goma. ¿Que les parece? ¡La semana que viene les cuento que tal me fue!

¡Abrazo fuerte y nos vemos pronto!

Delfina

Después de muchos años de estudiar la mente humana integrando la ciencia occidental con la filosofía oriental, sentí una profunda necesidad de compartir mi mirada del mundo y reivindicar el poder de lo simple, chiquito y cotidiano para nuestro bienestar.

Quiero invitarlos a recorrer este espacio juntos, y así incorporar recursos y herramientas hacia una vida más alegre, liviana, y amable, en dónde honremos el vínculo con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

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