El vuelo del águila

Por Delfina de Achával

| 30/03/2020 |

“El águila es una de las aves más bellas y admiradas en el mundo. Su elegancia y postura imponente, su vigor y su increíble capacidad física, hacen de ella un icono de poder y fuerza. Pero lo que pocas personas saben es que el águila también es un símbolo de la recuperación y el resurgimiento, como el Ave Fénix.

Es el ave con mayor longevidad de este tipo de especies. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40 debe tomar una seria y difícil decisión ya que sus uñas están apretadas y flexibles, por lo que no consigue agarrar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo se curva apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas, pesadas y sus plumas gruesas, por lo que volar se le hace muy difícil.

Debido a esto, al águila le quedan sólo dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación durante 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña, aislarse y comenzar a golpear su pico en una roca hasta conseguir arrancarlo.

Después deberá esperar el crecimiento de un pico nuevo con el que desprenderá también cada una de sus uñas. Cuando las nuevas uñas empiecen a nacer, comenzará a arrancarse con ellas sus plumas viejas, y después de 5 meses de transformación estará lista para su vuelo de renovación y así vivir 30 años más”.

Muchas veces, en nuestras vidas, tenemos que aislarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación interior. Necesitamos liberarnos de los rencores, de los malos hábitos y de las malas compañías… son ellos quienes nos impiden los altos vuelos y evolucionar. Tenemos la oportunidad de destruir el pico del resentimiento, las uñas de la envidia y de la codicia, las pesadas alas del conformismo. Entonces, disfrutando de los beneficios que una renovación sana nos ofrece, dar el vuelo de la victoria sobre nosotros mismos… y comenzar una nueva vida, llena de alegrías y conquistas.

Después de muchos años de estudiar la mente humana integrando la ciencia occidental con la filosofía oriental, sentí una profunda necesidad de compartir mi mirada del mundo y reivindicar el poder de lo simple, chiquito y cotidiano para nuestro bienestar.

Quiero invitarlos a recorrer este espacio juntos, y así incorporar recursos y herramientas hacia una vida más alegre, liviana, y amable, en dónde honremos el vínculo con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

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