Los 3 venenos

Por Delfina de Achával

| 16/12/2020 |

En la filosofía budista existe lo que se llaman “los 3 venenos”, y si bien no soy especialista en budismo, hoy quiero contarles brevemente de qué se tratan. No son venenos que puedan ingerirse, sino que se refieren a la raíz del sufrimiento humano.

Son la ignorancia, la avaricia y la agresividad,

La ignorancia es un estado difícil, porque hacemos oídos sordos a lo que nos dice el sentido común y nuestros propios conocimientos, y nos falta información sobre la verdadera naturaleza de la vida. Ser ignorante es desconocer no sólo la relación de interdependencia que nos conecta y nos relaciona unos con otros, sino la que nos une indisolublemente con la vida. Es ignorar el hecho de que cada uno de nosotros es un componente fundamental de la vida y un cúmulo de inmensas posibilidades. Bajo la influencia de la ignorancia, tratamos de alcanzar la satisfacción mediante la obtención de bienes materiales, fama o poder.

La avaricia es el impulso incontrolable de satisfacer esos deseos, aún a costa de la desdicha de otras personas. Cuando nos vemos tomados por la avaricia, siempre queremos más. Y la mayoría de las veces, esa búsqueda desaforada sólo deja un sentimiento de profunda frustración.

La agresividad hace que nos enojemos con aquella cosa más insignificante, y eso repercute en nuestro vínculo con los demás. Pero no indica solamente un estado de enojo, sino también resentimiento, envidia y, en definitiva, las emociones autodestructivas del ego.

El budismo dice que mientras nos dejemos llevar por esos 3 venenos, nunca alcanzaremos la paz. Y si logramos mantenerlos a raya en nuestra vida, ¡seremos felices y, sobre todo, libres!
Pero su influencia va mucho más allá de nuestra propia vida. Pensémoslo a nivel social. Estos 3 venenos son la principal causa de conflictos, opresión, destrucción ambiental y marcada desigualdad en la humanidad. De ahí la importancia de realizar prácticas que nos lleven a vivenciar el sentimiento de humanidad compartida, que tan amablemente nos trae Mindfulness. Los invito a reflexionar si alguno de estos 3 venenos está en su vida y en su sociedad, y a realizar alguna actividad que nos libere de ellos.

Después de muchos años de estudiar la mente humana integrando la ciencia occidental con la filosofía oriental, sentí una profunda necesidad de compartir mi mirada del mundo y reivindicar el poder de lo simple, chiquito y cotidiano para nuestro bienestar.

Quiero invitarlos a recorrer este espacio juntos, y así incorporar recursos y herramientas hacia una vida más alegre, liviana, y amable, en dónde honremos el vínculo con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

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