Proteger nuestro tiempo y energía

Por Delfina de Achával

| 28/09/2020 |

Muchas veces me encuentro a mi misma preguntándome “¿cómo hacemos para poder con todo en esta situación tan compleja e inédita?” Tenemos que poder con el trabajo, pareja, hogar, hijos, padres, momentos de autocuidado y bienestar, etc. Y lo que me surge contarles, desde mi experiencia, es que con el tiempo he comenzado a ser una guardiana feroz de mi TIEMPO y ENERGÍA. ¿Qué significa esto?

Antes de ser madre solía engancharme en el “hacer, hacer y hacer”, y no era muy consciente de la elección de aquellas situaciones o personas a las que le destinaba mi tiempo y energía disponible. Pero la maternidad en mí hizo un CLIC. Desde que nacieron mis tres hijos, mi tiempo y energía empezaron a escasear y tuve que priorizar y marcar límites claros en relación a mi agenda, mi energía y mi corazón.

¿Cómo hacemos para dar VALOR a nuestro tiempo y energía en nuestra vida diaria? Les voy a enumerar algunas prácticas cotidianas que he decidido aplicar.
➡ Elijo las batallas. De todas las tareas domésticas y logísticas de casa, nos dividimos con mi marido cuál disfrutamos (o nos cuesta menos) a cada uno.
➡ Me agendo momentos para mi autocuidado como si fueran una reunión o una sesión con un paciente. Puede ser hacer mi práctica de Mindfulness, leer o pensar sobre algo que quiero escribir, o simplemente salir a caminar o dar una vuelta por el jardín. Alguien alguna vez me dijo: los momentos para uno mismo/a no se “encuentran” en el día a día, ¡sino que se buscan!
➡ Cuando es mi tiempo de trabajar, sólo trabajo. Me sumerjo en mis reuniones, talleres o sesiones con pacientes al 100%. Y si tengo una interrupción o corte por algún tema familiar lo observo y no me frustro, sino que lo acepto como parte de la difícil y extraña situación que estamos viviendo.
➡ Trato de tomarme, en lo posible, un día de la semana “libre” de compromisos fijos. Suele terminar completándose con otras actividades, pero me siento con algo de libertad y flexibilidad sabiendo que tengo ese día “sin rutina”.
➡ En general corto el contacto con el celular en un bloque del día entre 4 y 5 horas.

¡Espero que les haya servido esta pequeña reflexión!

Después de muchos años de estudiar la mente humana integrando la ciencia occidental con la filosofía oriental, sentí una profunda necesidad de compartir mi mirada del mundo y reivindicar el poder de lo simple, chiquito y cotidiano para nuestro bienestar.

Quiero invitarlos a recorrer este espacio juntos, y así incorporar recursos y herramientas hacia una vida más alegre, liviana, y amable, en dónde honremos el vínculo con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

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