¿Sabías que hoy, 13 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Amabilidad? Qué importante, hoy más que nunca, que exista una fecha que celebre la bondad como elemento esencial de la condición humana, creadora de puentes de unión entre diferentes países, comunidades, religiones y culturas.
Quisiera aproximarme a este tema a partir de un libro que me inspiró mucho. Se trata de “Feroz Autocompasión”, escrito por Kristin Neff, una gran psicóloga especialista en Mindfulness. Lo que más me gustó, fue que trae sobre la mesa el tema de que la autocompasión no tiene que ver solamente con lo suave y amable. Puede ser tan feroz como tierna.
La feroz autocompasión está asociada a nuestra acción para aliviar el sufrimiento. Quizás necesitamos poner límites o luchar por una injusticia. O tal vez decirnos sí y hacer aquello que necesitamos. Y si estamos estancados en un mal hábito o relación, necesitamos hacer algo diferente para cambiar, no porque “esté mal” donde estamos, sino porque debemos cuidarnos.
La imagen es esa mamá oso que protege a sus cachorros cuando se ven amenazados, o cuando sale valientemente a cazar peces para alimentarlos. Así como la amabilidad nos lleva a mirar nuestro interior para nutrirnos, la energía feroz de mamá oso nos lleva a empoderarnos.
Como el ying y el yang, estas dos caras de la autocompasión necesitan estar balanceadas para nuestra integración. Cuando ambas están presentes, se crea una fuerza de cuidado muy potente que puede ser usada para transformarnos y transformar el mundo que nos rodea.
¿Cuál es la acción que te lleva a tu feroz amabilidad?. Es decir, ¿que necesitás mover o accionar para cuidarte y sentirte mejor?. Empiezo yo, necesito ser más eficiente en mis decisiones laborales, y también en mis vínculos. Aprender a decir que no a aquello, o a quienes, no me nutren. Con firmeza y amabilidad.