Es un hecho: el cerebro necesita jugar. Nos cuesta entenderlo desde nuestra faceta de adultos más serios y productivos, pero es muy necesario. En el Día Internacional de Humor, quiero contarte que tener un enfoque lúdico impacta muy beneficiosamente en nuestra vida, porque nos permite estar mejor. Nos desestructura, saca de la rigidez y nos vuelve más flexibles. Y si somos más flexibles, también somos más creativos y podemos encontrar nuevas soluciones y enfoques en nuestra vida cotidiana.
Una gran forma de empezar es, precisamente, permitirnos reír más. Porque los efectos de una buena carcajada son enormes:
🧠 Mejora el consumo de oxígeno, estimulando el corazón, los pulmones y los músculos (¡activamos hasta 400!).
🧠 Aumenta las endorfinas que se liberan en el cerebro.
🧠 También la dopamina, asociada con la agilidad mental y el bienestar.
🧠 Favorece la memoria de ese momento
🧠 Reduce la producción de cortisol (y por ende, de estrés)
🧠 Estimula la circulación
🧠 Mejora el sistema inmunitario
🧠 Alivia el dolor, produciendo analgésicos naturales.
🧠 Mejora la autoestima y la satisfacción personal, ayudando a conectar con otras personas.
Y en esa línea, mejor que reírse… ¡es hacerlo acompañado! Porque la risa es contagiosa, sincroniza los comportamientos en grupo y consolida los lazos sociales. Y así, termina siendo una de las mejores formas de comunicación.
Así que preguntate hoy, ¿hace cuánto que no te reís? Y, mejor todavía, ¿qué vas a hacer para aumentar las carcajadas en tus días? ¡Te invito a buscar nuevas formas de sumar este gran recurso de bienestar a tu vida!