La necesidad de complacer (parte 2)

Por Delfina de Achával

| 31/10/2020 |

En mi post anterior les empecé a contar sobre mi momento “AHA”, en el que me di cuenta cómo mi tendencia a querer complacer a los demás me llevó a una profunda infelicidad, por no sentirme suficientemente buena nunca. Y al notar esto repetidas veces en mis consultas, es que les compartí uno de los caminos que utilicé para superarlo: la práctica de Mindfulness.

Hoy voy a hablarles del segundo (¡lo prometido es deuda!): la Psicoterapia.

La Psicoterapia es la herramienta maravillosa que me enseñó a revisar mi infancia, a darme cuenta de que durante años recurrí a los demás para “saber” lo que tenía que hacer y desvivirme por complacerlos. Porque creía que si no lo hacía, no me querrían, y se irían… Fuerte, ¿no? Hacer todo bien para no correr el riesgo de que te abandonen. ¿Les resuena esto?

Esto moldeó mis relaciones por muchos años. Pero algo cambió cuando empecé terapia. Comencé a desprenderme del miedo, a respetarme a mi misma, a sentir la libertad de decir “no” cuando fuera necesario, y a cambiar mi forma de vincularme con los demás. Sentir cariño por ellos en lugar de sentirme “en deuda” con ellos. Es un montón. Por lo menos para mí.

Y les aseguro que este camino no tuvo que ver con dejar de complacer, ni preocuparme “solo por mí” y que el resto no me importe nada. ¡Todo lo contrario! Esto me ayudó a preocuparme por los demás desde el amor sano y no desde el miedo. No desde el modo “supervivencia”, sino desde el respeto mutuo.

Así que, ¡acá estoy! Y este camino no termina, por supuesto. Pero si todo esto que cuento te resuena, si querés preocuparte menos por lo que los demás piensen de vos y conectarte más con tu propia vida, hacer foco en tu interior, en tus valores, te invito a mi curso “El camino hacia una vida auténtica”. En 4 encuentros vamos a intentar entender qué es lo que verdaderamente nos importa y le da significado, sentido y alegría a nuestra vida. En síntesis, vamos a aprender a ser nuestros mejores aliados, a entender quién verdaderamente somos y cómo cuidarnos, y así ser más compasivos y asertivos con los demás.
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Después de muchos años de estudiar la mente humana integrando la ciencia occidental con la filosofía oriental, sentí una profunda necesidad de compartir mi mirada del mundo y reivindicar el poder de lo simple, chiquito y cotidiano para nuestro bienestar.

Quiero invitarlos a recorrer este espacio juntos, y así incorporar recursos y herramientas hacia una vida más alegre, liviana, y amable, en dónde honremos el vínculo con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

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