Hoy quiero compartirles una frase que me encantó que pertenece al libro “El universo de lo sencillo”, de @pabloarribas: “La vida, más que un catálogo en el que elegir, es un cuaderno donde dibujar”.
Aunque de chicos sintamos que estamos llenos de posibilidades, algo pasa cuando crecemos, que pareciera que todo va en camino recto, casi como caballos con orejeras. ¿Qué imagen triste, no? Elegimos una carrera, nos ponemos en pareja, tenemos hijos y definimos una rutina que repetimos una y otra vez por muchos años.
Y un día nos damos cuenta de que hace rato que dejamos de preguntarnos qué queremos hacer realmente con nuestros días. Pablo plantea que tenemos derecho a inventarnos la vida que queremos tener. Que podemos abandonar los “tendría” y los “debería” para hacer de nuestra existencia nuestra propia obra de arte. Suena bien, ¿no? Lienzo en blanco, pero ¿por dónde empezar?
A mí me gustaría empezar en este fin de año preguntándonos PARA QUÉ hago todas las cosas que hago. No como un acto de rebeldía, sino como un ejercicio de responsabilidad, como bien apunta el autor. Significa poner los recursos del mundo al servicio de nuestros deseos en lugar de nuestros deseos al servicio de todo el mundo. A mí me suena súper lógico.
La realidad es que no hay un plan perfecto para la vida. El trabajo o la familia de nuestros sueños no nos van a caer del cielo. La propuesta es que, con la libertad que nos otorga el privilegio de estar vivos, podamos inventarlo a la medida de nuestros deseos con discernimiento. “Para una vida auténtica es necesario dar el salto de la costumbre de elegir entre lo existente a la valentía de elegir entre lo imaginable”. Y esto aplica desde las decisiones más pequeñas a las más trascendentales de la vida.
¿Y vos? ¿Qué te vas a replantear hoy para vivir un nuevo año más auténtico? ¿Cómo sería tu obra de arte para el 2024?
Un abrazo, Delfina