¿Alguna vez sentiste que cuantos menos errores cometas, más te apreciarían los demás? ¿O que no importa cuánto te esfuerces, te queda la sensación de no haber hecho algo del todo bien?
¿Alguna vez viviste un estado de burnout?
El burnout, o desgaste profesional, se entiende como un agotamiento emocional y corporal profundo. Sería como sentirse agotado o “quemado” en el trabajo. Y se da en distintas profesiones.
Quienes los sufren, atraviesan una sensación de distanciamiento del trabajo o de sus compañeros, así como una disminución en su capacidad de rendimiento.
Y se ha descubierto en numerosos estudios que está muy ligado al perfeccionismo.
Las personas que tienden al perfeccionismo aplican normas muy exigentes respecto de su propio rendimiento. E incluso son muy críticas sobre su trabajo, con un constante miedo a “no ser suficientemente buenas”.
Y esto no sólo sucede en el ámbito laboral; también en la vida personal, cuando se exigen mucho para cumplir, por ejemplo, con sus vínculos o con sus citas sociales.
¡Ojo! Tener ciertos niveles de exigencia para con el trabajo no es negativo. El tema es cuando se nos va de las manos y empezamos a mirarnos con ojos demasiado críticos, a dudar de nosotros/as mismos/as y a imaginar fracasos antes de siquiera haberlo intentado.
Entonces, antes que nada, es muy importante recuperar tiempos de descanso y de ocio, para bajar de a poco el estrés que vamos acumulando. A veces nos cuesta descansar, o “no hacer nada”. Pero les aseguro que aprender a hacer ocio es uno de los antídotos principales para combatir el estrés.
Por otro lado, ¡actividad física! Siempre es recomendable para disminuir el cortisol que se acumula en nuestro cuerpo. Además, la meditación, como ser el Mindfulness, también es una gran aliada. Y desde ya, consultar a un profesional si necesitamos acompañamiento terapéutico.
¿Alguna vez se sintieron agotados/as y muy exigidos/as?