¿Sabían que el optimismo aumenta nuestra felicidad? ¿Cómo es esto?
Al igual que cultivar la gratitud, cultivar el optimismo nos invita a encontrar el lado positivo de las situaciones, con la diferencia de que acciona con miras al futuro y a anticipar un porvenir positivo.
Ser optimista no se trata de buscar creer que uno vive una vida perfecta, porque todos tenemos altibajos y momentos difíciles. Se trata de traer una mirada positiva sobre la realidad, para vivir cada situación concreta de manera constructiva y sana.
Estudios han demostrado que los pensamientos optimistas ayudan a:
✔️ lograr una realización personal;
✔️ persistir en un plan de acción al percibir el resultado como alcanzable;
✔️ tomar iniciativa;
✔️ afrontar dificultades de forma activa y efectiva;
✔️ mantener alto el nivel de bienestar en épocas de estrés;
✔️ tener alta consideración de uno/a mismo.
Por eso, hoy les traigo 3 prácticas diarias, basadas en el libro “La ciencia de la felicidad” de Sonja Lyubomirsky, para adquirir mayor optimismo en nuestra vida.
1️⃣ DIARIO DEL “MEJOR YO POSIBLE”
Dedicar 20 minutos diarios a escribir cómo imaginás tu vida dentro de 5 o 10 años, tras haber conseguido lo que tanto anhelás. La escritura pone en marcha tus “músculos optimistas”.
2️⃣ DIARIO DE LOS OBJETIVOS PRIMARIOS Y SECUNDARIOS.
Otra opción es descomponer un objetivo a largo plazo en pequeños objetivos a corto y mediano plazo. Además, podés traer a tu memoria casos en los que lograste lo que querías y recordar qué virtudes pusiste en práctica para hacerlo.
3️⃣ RECONOCER LOS “PENSAMIENTOS BARRERA”
Se trata de reconocer los pensamientos negativos y autodestructivos que surgen automáticamente. Podés ponerte alarmas o sticky notes para registrarlos a lo largo del día y luego anotarlos en tu diario. La idea es reconocerlos, para luego aceptar que existen, investigar que generan en nuestro cuerpo y emociones, y no identificarnos con ellos. Saber que son impermanentes. Y así como llegan, también se van.