El mayor avance es detenerse

Por Delfina de Achával

| 21/03/2022 |

Y acá estamos, arrancando marzo, con todo lo que eso implica, ¿no? Comienzos de clases, vuelta de las vacaciones, nuevos trabajos/proyectos en puerta y puf… cuántas cosas más (ya me agoté de solo pensarlo).

Por eso, quiero compartirles una frase, casi mantra ya a esta altura, que a mi me sirvió mucho en épocas de tormenta emocional y acelere mental: “El mayor avance es detenerse”.

Esta frase es el título de un gran libro de mi colega @claudio.araya.velizalgo (#DelfiRecomienda), y desde el primer día que la leí, caló profundo en mí y quedó para siempre. 

Y el otro día, leyendo el libro “Lecturas para cultivar la quietud” de @javiercandarle (terapeuta e instructor de Mindfulness a quien SÚPER recomiendo), trajo esta misma frase, sumando la idea de que, para avanzar, primero hay que detenerse a escuchar nuestros propios ritmos internos, escuchar nuestro cuerpo y sus necesidades más básicas, que generalmente se ven alteradas por la cultura de la inmediatez y velocidad en que vivimos.

Entonces, tips para llevar a la acción ese “DETENERTE” para poder avanzar (por Rick Hanson).

1. Cuando te despiertes, antes de levantarte, trae a tu mente un propósito del día, o de tu vida en general, y descansá unos instantes en las sensaciones del cuerpo que te sostiene y cualquier ancla al presente: pueden ser los puntos de apoyo con la cama o la percepción de los movimientos sutiles de la respiración en el cuerpo.
2. En alguna de tus comidas, detente por medio minuto antes de comenzar a comer, y medio minuto al terminar, antes de comenzar otra actividad. 
3. Cerrá los ojos y tomá consciencia de ese pequeño espacio entre el final de una inhalación y el comienzo de una exhalación (o viceversa): éste es mi FAVORITO. 
4. Prometete tomar un momento cada día para sentarte en silencio a no hacer nada. Es decir, no resolver, no programar, no accionar. Nada. Apagá el disco rígido de la mente por 5 minutos para que pueda resetearse, y volver al día a día. 

Y no se olviden, cuando estén acelerados, ansiosos o impacientes, prueben repetirse: “El mayor avance es detenerse” y me cuentan que pasa.

Después de muchos años de estudiar la mente humana integrando la ciencia occidental con la filosofía oriental, sentí una profunda necesidad de compartir mi mirada del mundo y reivindicar el poder de lo simple, chiquito y cotidiano para nuestro bienestar.

Quiero invitarlos a recorrer este espacio juntos, y así incorporar recursos y herramientas hacia una vida más alegre, liviana, y amable, en dónde honremos el vínculo con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

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