Siempre, a pesar de que estemos muy enojados o dolidos, o nos sintamos muy resentidos, tenemos que mostrar que somos accesibles ante nuestra pareja. La accesibilidad es indicar que estoy disponible. Acá estoy. Podés contar conmigo, expresarme cómo te sentís, y comunicarte. Implica seguir estando abierto, incluso cuando tenés dudas o te sentís inseguro/a.
Al mostrarte accesible, evitás la desconexión y sintonizás con tu pareja. Una persona se muestra accesible con el cariño físico, con gestos de cuidado, comprensión, cuando te coge de la mano y te tranquiliza, cuando, aunque no comparta tus mismos miedos e inseguridades, dice que te comprende, que necesita saber cómo te sentís.
La accesibilidad está relacionada con la capacidad de reacción emocional. Básicamente, es reaccionar con ternura. Implica sintonizar con tu pareja y demostrarle que sus emociones te afectan. Es permitirle confiar en que reaccionarás con afecto y no utilizarás lo que te dice para hacerlo sentir mal. La capacidad de reacción afectiva física (besos, abrazos, caricias) nos tranquiliza emocionalmente. Pasamos de los diálogos malditos a la seguridad y la unión.
En toda pelea, hay 4 claves que aseguran que, cualquiera sea el tema en discusión, el resultado termine siendo positivo para ambos.
- No involucrarse en ataques personales, avergonzar al otro o llevar la cuenta de quién se equivocó antes.
- No evitar el tema central y pelear por cualquier otra nimiedad. Mirarlo de frente.
- Respetar la forma de pensar del otro, aunque no sea la nuestra.
- Y saber cuándo dejar ir el tema. El famoso “elegir las batallas”,, que a veces es tan necesario.
Te invito a releer los tres tipos de diálogos, y más allá de sus contenidos, intentar identificar el patrón en el que te encontrás con tu pareja. En cuanto uno reconoce el círculo vicioso, ve la dinámica y la puede expresar (hasta tal vez ponerle nombre), es mucho más fácil de abordar. Y recordá siempre que el villano no es el otro, sino el diálogo maldito. La dinámica disfuncional que se generó entre ustedes. Te aseguro que pensandolo así estás mucho más cerca del bienestar de tu pareja.