Hoy les traigo una nueva palabra, que anda dando vueltas por mi cabeza bastante últimamente: ATTRAVERSIAMO, que en italiano significa cruzar al otro lado.
La conocí gracias a la película “Comer, rezar, amar”, ¿la vieron? Y hace poco volví a esta palabra… O quizás esta palabra volvió a mí, porque me agarra en un momento muy especial.
Me encuentro en pleno proceso de mudanza a Uruguay. Y estoy entre ordenar mis cosas, las de mis hijos, y también buscando una conexión profunda con mis emociones, para vivir este proceso paso a paso, con consciencia y presencia.
La realidad es que, en unos días, ¡vamos a atravesar el Río de la Plata con destino a nuestro nuevo hogar! Y la palabra “attraversiamo” me toca especialmente. Por un lado, por el cruce físico de país que vamos a hacer; literalmente vamos a cruzar al otro lado.
Pero, además, porque este cruce, viene acompañado de un cruce emocional importante. No solo damos este paso con nuestros pies y nuestras valijas, sino que también lo hacemos con nuestra alma y todas las emociones que eso implica.
Nos llevamos con nosotros nuestras ganas de empezar esta nueva etapa. Y también los miedos y la nostalgia de extrañar lo que dejamos acá. Con toda esa ensalada de emociones nos mudamos.
Y si bien a veces siento que estoy en medio de un tsunami emocional, soy cada vez más consciente de la importancia de validarlo todo, de ir registrando cada emoción que va surgiendo. De comprender que probablemente así continúe durante un tiempito más. Y que está en mí poder hacer este cruce con la paciencia y la autocompasión que me ayudarán a ser resiliente en este proceso.
¿Quién alguna vez se sintió de esta manera?