Las vacaciones de invierno están a la vuelta de la esquina.
Y en lugar de proponerte mil y un programas —de esos que agotan el bolsillo y la energía— quiero acercarte una idea simple, y a la vez muy poderosa.
La leí hace poco en la cuenta de @kidtalk.co y me encantó:
usar este tiempo para hacerle preguntas a tus hijos.
Pero no cualquier pregunta. Preguntas que no tengan una sola respuesta. De esas que abren el juego, la imaginación y la conexión.
Algunas los pueden hacer pensar, otras reír… y todas tienen el poder de acercarlos un poco más.
Ocho preguntas para despertar la imaginación (y la conexión)
- ¿Hay algo sobre lo que pienses mucho?
Esta pregunta revela sus pensamientos recurrentes, sus sueños y pasiones… pero también sus preocupaciones. - ¿Qué es lo que te hace más feliz?
Los ayuda a reflexionar sobre su felicidad, y puede reforzar pensamientos positivos. - ¿Qué te gustaría que los demás sepan de vos?
Les da espacio para compartir sus cualidades únicas y cómo se sienten con ellas. - ¿De qué tema te gustaría aprender más?
Tener un diálogo abierto sobre sus intereses puede motivarlos a seguir aprendiendo. - ¿En qué pensás que sos muy bueno/a?
Una pregunta clave para fortalecer su autoestima y confianza. - ¿Qué actividad nueva te gustaría probar?
Estimula el deseo de explorar nuevos desafíos, sin presiones. - ¿Cuál es tu recuerdo preferido con tu familia o tus amigos?
Invita a rememorar momentos felices y refuerza los vínculos. - ¿Qué superpoder te gustaría tener y para qué lo usarías?
Una forma lúdica de activar la imaginación y el pensamiento simbólico.
A veces, lo más valioso no está en llenar la agenda. Sino en detenernos y habilitar preguntas que despiertan el mundo interior de quienes tenemos cerca.
Y escucharlas, de verdad, puede ser uno de los mejores planes para estas vacaciones.