A VECES PEDIMOS DEMASIADO.
A VECES PEDIMOS A LA PERSONA EQUIVOCADA.
A VECES SOY YO, NO SOS VOS.
Hoy quiero compartir una reflexión que surgió de mi espacio como terapeuta de pareja. Creo que existen tres verdades que muchas veces nos generan sufrimiento, y la intención es cambiar la mirada sobre ellas para lograr mayor bienestar en nuestros vínculos.
A VECES PEDIMOS DEMASIADO.
Si bien muchas veces nos cuesta expresar y pedir lo que necesitamos, otras veces caemos en un lugar de pedir demasiado al otro. Y cuando digo demasiado, me refiero a que caemos en una ilusión de creer que el otro puede cumplir con TODO lo que necesitamos: amante perfecto, padre perfecto… y puedo seguir. Es un montón. Y pensemos en el otro, qué frustrante es cuando nada es suficiente, no?. Para pensar: ¿existe algo de todo lo que necesito y exijo a mi pareja que puedo dármelo yo mismo/a?, ¿sin tanta necesidad de que venga del otro?.
A VECES PEDIMOS A LA PERSONA EQUIVOCADA.
La evidencia científica muestra que la mayoría de las personas tenemos 4-5 vínculos muy significativos en nuestra vida. Con algunos compartimos nuestros gustos, con otros nos sentimos más habilitados a hablar cuestiones más profundas, y otros nos conectan desde el humor y la risa. Un gran problema de muchas parejas es que pretenden que TODO eso suceda en la PAREJA. Entonces, hay que DI-VER-SI-FI-CAR. estoy segura de que para ciertos temas es mejor una buena charla con una amiga, que contárselo a nuestra pareja. ¿Probamos?
A VECES SOY YO, NO SOS VOS.
Muchas veces nuestro sufrimiento no tiene tanto que ver con lo que hace/no hace el otro, sino con nuestras propias heridas, traumas o inseguridades. Es difícil aceptar lo que el otro nos espeja aquello que nos incomoda de nosotros mismos, y que es más cómodo quedarnos en el ser “infelices” porque lo que el otro hace, dice o no resuelve. Para pensar: ¿qué puedo hacer yo, cual es mi parte en esta situación que puedo controlar y accionar para llegar a un mejor lugar en nuestra relación?.
¡Espero que les haya gustado!